11. Construimos juntos

 


En esta entrada, quiero empezar lanzándote una pregunta que quizá nunca te habías planteado o no has conseguido responder: 

¿puede ser útil tu colaboración para los demás?

Que la formación va más allá del aula es una cuestión innegable. Sin embargo, en nuestro ritmo acelerado donde la vida se consume a ritmo de tik tok, encontrar un momento para participar en la comunidad es difícil. Las excusas para llevarlo a cabo son infinitas, y algunas más justificadas que otras: la falta de opciones, la desmotivación o el pensamiento de que no sirven para nada. Todas ellas se reiteran en cuanto se escucha a alguien justificarse acerca de su no inclusión en actividades comunitarias. Y si bien es cierto que el modo de vida de las sociedades modernas dificulta esta participación, se convierte al mismo tiempo en indispensable. 

La individualidad en la que vivimos inmersos hoy en día a veces obstaculiza visualizarnos junto a otros no para discutir, sino para colaborar. Más que nunca tenemos que potenciar la participación ciudadana. Cuando las desigualdades sociales se están agravando, las redes sociales creando vínculos invisibles, la precarización social y de la salud mental… Nuestro presente parece un cóctel molotov que tiene pinta de explotar en algún momento.  

¿Y los jóvenes donde se posicionan en todo este caos? ¿Y la educación? Dicen que las nuevas generaciones solo saben quejarse, que si lo tienen todo, que si solo saben quejarse… Tan solo sirve teclear “jóvenes” para leer lo que resuena en los medios de comunicación. Sin embargo, echemos un nuevo vistazo porque parece que el clickbait ensombrece aquello que de verdad importa, y lo que de verdad los jóvenes están haciendo. Desde las aulas no debemos potenciar estos mensajes falsos sobre realidades que no son verdad. Debemos confiar en nuestros alumnos y alentarles para que den lo mejor que pueden dar de sí mismo.

Para ello, es fundamental incentivarles a través de propuestas dentro y fuera del aula. Aunque no lo parezca, la oferta es larguísima, cada uno puede escoger lo que mejor se adapte a sus gustos: colaboración con personas mayores, proyectos juveniles internacionales, intercambios, organizaciones juveniles… Si se opta por potenciarlo dentro del propio centro escolar, se puede crear actividades donde todo el instituto participe: desde festivales hasta los típicos clubes tan estadounidenses.

En Valladolid, hay organizaciones muy chulas que ya están apostando por la creación de espacios para los jóvenes donde puedan expresarse y colaborar. 






Ahora te toca a ti, ¿tienes alguna idea interesante para motivar al alumnado? 



Comentarios

  1. ¡Hola Alicia! En cuanto a la primera pregunta que propones, ¿puede ser útil tu colaboración para los demás?, mi respuesta es que sí. Además, los docentes deberían motivar al alumnado para que estos realicen actividades de participación.

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  2. Muy necesario empezar a desmitificar que los jóvenes solo se quejan y no quieren trabajar. Creo que los jóvenes somos muy participativos con causas sociales y culturales pese a vivir en un momento muy complicado a nivel laboral, con pocas perspectivas de futuro y en plena crisis.

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