Llama la atención los lugares, que como O Pelouro, apuestan por la atención a la diversidad. Aunque sea paradójico, ya que no hay nada más diverso que la especia humana. Cada uno de nosotros, como individuos, desarrollamos y necesitamos diferentes herramientas que quizá el compañero de al lado no. Y eso es bueno, muy bueno. Como nos hace ver O Pelouro, la convivialidad entre unos y otros nos ayuda a crecer como personas. No hay duda de que si te encuentras en un lugar donde te sientes bien, te sientes acogido, vas a desarrollar tus capacidades al 100%.
Entre las montañas de Pontevedra, se enmarca el rincón educativo de O Pelouro, una propuesta educativa que apuesta por la integración y el fomento de la diversidad en el alumnado. Lo iniciaron en el siglo pasado, en concreto en por el matrimonio de Juan Llauder y Teresa Ubeira. Su proyecto, que podríamos catalogar como vital, se basa en un modelo psico-socio-pedagógico. Las diferencias de cada alumno no se separan, sino que se integran dentro un mismo aula. Lo que intentan es hacer real la equidad, aspecto que muchos centros escolares buscan llevarlo a cabo, pero nunca se cumple realmente. Para conseguirlo, se establece una única aula donde interaccionan todos los alumnos.
Esta propuesta educativa es arriesgada porque debes tener en cuenta un amplio rango de factores desde el apoyo financiero hasta el apoyo del claustro escolar. En primer lugar, llama la atención lo comprometidos que están no solo quienes lo crearon, sino también el resto de profesorados. Todos ellos creen en el cometido de este centro. Su compromiso es indiscutible. Asimismo, otro agente clave es la familia. Sin el compromiso de estos y su apuesta por este colegio, el proyecto no hubiera sido posible. Es emocionante el testimonio del padre, quien expresa como su hija, después de vivir una etapa donde no era ella misma, vuelve a ser aquella niña sonriente, con ganas de comerse el mundo, gracias al contacto con los demás compañeros. Un lugar donde la gente confíe en ti y apueste por tu desarrollo congnitivo social al máximo. A mi me inspira para aventurarse por apostar por este tipo de educación. Las diferencias en muchas ocasiones se ven como elementos que entorpecen el aprendizaje del resto, sobre todo de “los más listos”.
El O Pelouro es todo un ejemplo a seguir. Nosotros como futuros profesores debemos pensar en nuevas ideas que ayuden a reelaborar el concepto de educación enfocado en la equidad como aspecto fundamental de nuestro proyecto educativo.
“Si enseñamos los niños a aceptar la diversidad como algo normal, no será necesario hablar de inclusión, sino de convivencia”
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